jueves, 26 de julio de 2012

El Celta derrota al Atlético y gana la Copa de la Ciudad de Vigo


El Celta se llevo el Ciudad de Vigo tras ganar en Balaídos al Atlético de Madrid (1-0), que hizo más que su rival, pero pagó su falta de puntería. Acierto que sí tuvo Mario Bermejo, que a los pocos minutos de saltar al césped cabeceó a gol un buen centro de Bellvís desde la parte izquierda. Fue en una de las pocas llegadas del Celta en la segunda mitad. El Atlético, guiado por un muy bien Óliver, hizo suficientes méritos para adelantarse antes de esa acción, pero Borja, Salvio y Raúl García no atinaron. Pese a la derrota, las sensaciones del cuadro de Simeone no fueron malas.
Los dos equipos pueden sacar cosas positivas del encuentro. El Celta compitió bien ante un rival que aspira a pelear por los puestos de Liga de Campeones y campeón de la Europa League. Reforzará la autoestima de un conjunto que regresa a Primera. Por momentos mostró un buen trato de balón, algo de agradecer. Por su parte, el Atlético, sin Juanfran, Arda, Adrián ni Falcao, quizá sus cuatro mejores jugadores, creó más ocasiones, mostró personalidad y durante un buen rató dominó el partido. Como es pretemporada y el resultado cuenta lo que cuenta, tanto Celta como Atlético tiene motivos para marcharse satisfechos del encuentro.
Varios de los mejores detalles del partido llegaron a través de Óliver Torres. No hizo nada espectacular, pero mostró detalles de que es un futbolista de los pies a la cabeza. Jugó con soltura, no le quemó la pelota, se ofreció siempre y no la perdió casi nunca. El canterano del Atlético es un desahogo para sus compañeros porque suele mejorar la jugada. Rara vez elige mal. Sólo al final, antes de ser sustituido, dio señales de fatiga. Simeone le dio la oportunidad y Óliver recogió el guante.
El Celta fue mejor al inicio del choque, con Aspas incordiando y recibiendo faltas, en especial de Godín. Al Atlético le costó coger el hilo al partido, sobre todo porque Tiago no acertaba a dar un pase correcto. Cuanto más se veía a Óliver y menos a Tiago, mejor para el Atlético. Terminó bien la primera parte el Atlético, con Borja fallando una ocasión inmejorable tras un control maravilloso.
El segundo acto se inició con un Atlético mandón. Simeone metió a Raúl García en lugar de Borja y reestructuró al equipo. Salvio jugó de ariete, el navarro por detrás y Óliver tirado a la derecha. El chaval siguió jugando bien. Salvio tuvo la primera muy pronto, tras una llegada del Cebolla Rodríguez, bastante mejor en la segunda parte que en la primera. El uruguayo puso otro balón que Raúl García cabeceó alto.
El Celta tenía mucho menos control que en la primera parte y se refugió en el buen hacer de su defensa, sobre todo de Cabral. Raúl García tuvo la mejor ocasión tras una buena combinación entre Óliver y Sílvio que terminó con un centro del portugués. Raúl cabeceó y Sergio sacó un paradón. Eso es lo que da Raúl García cuando juega detrás del punta: llegada, buen juego aéreo.
Cuando mejor estaba el Atlético llegó el gol del Celta. Minutos después de que Paco Herrera hiciera siete cambios del tirón, Mario Bermejo finalizó una buena jugada. Bellvís centró muy bien desde la izquierda, Bermejo se adelantó a Miranda y su cabezazo no pudo detenerlo Asenjo, a pesar de que le pegó en el cuerpo. El gol dejó tocado al Atlético y serenó al Celta. En el descuento, el cuadro de Simeone volvió a apretar y aún dio un susto en un centro al que no llegó Pedro por poco. El Atlético no tuvo gol en Balaídos. Mario Bermejo sí.

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